(de Bernat Hernández, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona; Historia de N.Geographic)
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En el siglo XVI se difundió la leyenda de un judío que vagaba desde hacia siglos para expirar su participación en la Pasión de Cristo
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/judio-errante-mito-eterna-culpabilidad_12248/2
La figura del eterno caminante aparece en numerosas leyendas. En las grandes religiones
se trata de individuos condenados a un perpetuo vagar por haber cometido una blasfemia o haber desobedecido a Dios, como es el caso en el judaísmo de Caín, de Pindola en el Budismo https://en.wikipedia.org/wiki/Pindola_Bharadvaja o de al-Sameri en el Islam. El Cristianismo creó la leyenda del judío errante.
La historia arranca del Evangelio de Juan, en el que se menciona a varios personajes que negaron su ayuda a Jesús en su suplicio. También se aluda a Malco, criado del sumo sacerdote de Jerusalén, que participó en la detención de Jesús . A partir de estas referencias, en 1228 el benedictino inglés Mateo París escribió una primera versión de esta leyenda. El protagonista era Cartáfilo, portero del pretorio romano que fue el encargado de ejecutar la sentencia de muerte de Jesús. Cuando cayó Jesús camino a su crucifixión , Cartáfilo lo golpeó y le obligó a seguir de una forma cruel; Jesús lo miró y le advirtió que caminaría sin descanso hasta el día del Juicio Final . Después de la muerte de Jesús, Cartáfilo se convirtió al Cristianismo y se lanzó a un vagar eterno,
En el s. XVI es cuando la leyenda presenta al personaje como judío. Quizá esta identidad definitiva se deba al surgimiento del antijudaísmo. Época en la que se culpaba al pueblo judío de todos los males del s. XIV (hambruna, epidemias...) Esto trae como consecuencia los guetos en las grandes ciudades, la expulsión o la conversión obligada en los reinos europeos cristianos.
Paul von Eitzen (1521-1598), obispo de Schleswig, compuso una obra sobre el viaje de Cristo a los infiernos durante los tres días de su muerte. Relata la aparición del errante en 1542 en Hamburgo. El errante comunicó detalles sobre el sufrimiento de Cristo y las iniquidades de Judas Iscariote.
En el s. XIX, el mito vuelve a cobrar vida gracias al éxito en Francia de la novela de Eugène Sue El judío errante (1845). El autor añade una intriga de su cosecha: una familia francesa descendiente de la hermana del judío errante se vio obligada a salir de Francia(finales del s. XVII) a causa de su religión protestante. Antes de emigrar,confía su riqueza a un judío y se citaron para recuperarla 150 años después, pero debían enfrentarse a una conspiración de los jesuitas que ansiaban sus riquezas. Partes de este libro se incorporaron al libelo Los protocolos de los sabios de Sión (19002), en el que el discurso anticlerical se transforma en un alegato racista contra los judíos y alentaba los pogromos en Europa oriental.
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