miércoles, 26 de febrero de 2014

Drácula y el cine



      El Vampirismo en el cine. 

El cine tiene su poética propia. La literatura fantástica, a inicios del siglo XX, se hallaba en franca decadencia: los clásicos del género -desde Bram Stoker- se habían convertido en pura arqueología  literaria y Poe era leído por razones independientes del género que cultivaba. No sólo el cine fantástico ha creado un tipo particular cde poesía cinematográfica , sino que a él se debe el resurgimiento de la literatura fantástica en el s. XX. Frankenstein  y Drácula son mitos de origen literario, pero hay otros mitos creados especialmente por el cine aunque tengan una base literaria: momia. 
El primer gran film de vampiros : Nosferatu (1922), de Friedrich   W.   Murnau. La obra de Bram Stoker había sido adaptada libremente al cine por el guionista Henrik Galeen. El film era una  de las obras maestras del expresionismo germánico. La historia describía la lucha de una pareja por conquistar la plenitud amorosa, su lenta ascensión a la luz desde la oscuridad, dialéctica que caracteriza a todo el cine de Murnau. ( Murnau)
A principios del cien sonoro se produjo La bruja vampiro (1932)
producción francesa dirigida por Carl Theodor Dreyer (.película) Este film valió a Dreyer un estrepitoso fracaso comercial y crítico. Dreyer da primacía a la poesía de la imagen sobre los hallazgos técnicos. La fotografía  difuminada y aun borrosa, y el aspecto fantasmal de los actores convertían a la obra nebulosa y solemne en un obsesionante ritual de tinieblas.

Lugosi en el rodaje
Mirada de Lugosi
El tema  vampírico inauguraba su triunfal carrera en Hollywood con Drácula (1931) de Tod Browning,(película) se basa en una adaptación escénica de la novela de Bram Stoker y su origen teatral resultaba demasiado evidente. La incorporación de Bela Lugosi (Biografíaal papel resultó un acierto genial. Bela Lugosi componía un Drácula de suprema elegancia y refinamiento. el terror que inspiraba era más intelectual que físico; provenía principalmente de la intensidad de su mirada y de su rostro casi impasible, empolvado y cadavérico. El Drácula de Browning-Lugosi no exhibía sus colmillos, no mostraba la sangre vertida; ni siquiera recurría al espectacular maquillaje de Nosferatu. Su trabajo era ascético, puramente interior.
 La marca del vampiro (1935) Browning, Lugosi pasaría a incorporar a Frankenstein sucediendo Boris Karloff, y sus apariciones en el papel de Drácula serían más ocasionales.
El mito parecía en decadencia cuando en 1958 la firma británica Hammer Film, tras adquirir los derechos a la Universal, se decidía a resucitarlo en un film que abrería una nueva época del cine del horror: Drácula de Terence Fisher sobre el inteligente guión de Jimmy Sangster. El papel de Drácula fue confiado a Chistopher Lee (biografía). Lee alcanzó el más destacado interprete de cine terrorífico posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Lee obtiene un formidable partido de su delgadez y elevada estatura, su presencia majestuosa y altiva, su apostura, su mirada fría y dura, su aire de dominio. Su maquillaje es eficaz, y su visión del personaje resulta en varios aspectos inteligente e innovador. Al equipo Lee-Sangster-Fisher se deben las implicaciones eróticas del personaje de Drácula, que no aparecían en las anteriores versiones fílmicas del personaje.
Lee declaró: " la interpretación comportaba un problema de orden sexual: la sangre, símbolo de virilidad, y la atracción sexual que se le atribuye, han estado siempre estrechamente ligadas al tema universal del vampirismo. He tratado de sugerir esto sin destruir el papel recargándolo torpemente. Por encima de todo, no he olvidado que el conde Drácula era un gentleman..."



Este factor erótico - la posesión vampírica en un ambiente de cerrado puritanismo decimonónico, es sustituido por la imagen de la posesión sexual que aparece también en los escasos films terroríficos de la Hammer no protagonizados por Lee, el más destacado de los interpretes posiblemente sea Las novias de Drácula, en el que un actor joven, rubio apuesto (David Peel) interpretaba a un vampiro que tenía más de seductor y libertino que de ser de las tinieblas.
Fernando Méndez había iniciado la inesperada boga del tema en México con dos films protagonizados  por Abel Salazar: El vampiro y El ataúd del vampiro. Pero tales obras carecían aún de la personalidad que caracterizaría las ulteriores incursiones del cine azteca en un género que aparentemente no podía serle más extraño. Dos artesanos, el español Miguel Morayta  y el mejicano Alfonso Corona Blake, produjeron las obras quizá más pintorescas y sorprendentes de esta modalidad.
Morayta: El vampiro sangriento (1962)  La invasión de los vampiros (62) mostraba ya una fantasía y un barroquismo plástico de filiación expresionista.
Alfonso Corona Blake ha obtenido en el género terrorífico resultados sorprendentes. Su dos films más logrados posiblemente sean: El mundo de los vampiros , el Santo contra las mujeres vampiros.
Roger Vadim en su película Et mourir de plaisir los elementos eróticos se potencializan en la historia, particularmente su insinuado lesbianismo, eran lo que principalmente interesaba a Vadin.
Además de las grandes producciones del cine-vampiro, hay "vampiros menores", menores en popularidad no en maldad. En algunas creaciones estos vampiros se han revelado como bandidos dispuestos a aprovecharse de la superstición popular, pero esto no resta interés a la tenebrosidad y fantasía de la cinta.
Uno de los realizadores europeos interesados por este tipo de cine es Jean Rollin. La base de Rollin como realizador está indiscutiblemente en la filmación , no en la narración. El argumento de sus películas es simple pretexto para que el director nos ofrezca una sucesión de imágenes cautivadoras, de estilo aún no totalmente definido que alcanza en ocasiones caracteres surrealistas.
J. Rollin crea sus realizaciones en torno al eje color-imagen-erotismo. Este último factor es el que ha contribuido más a la popularidad de Rollin. sus películas no son de vampiros, sino de vampiras.
La principal constante que parece determintiva en sus películas: erotismo. Los personajes terroríficos  de Rollin poseen un encanto especial. Se hace difícil sustraerse del encanto de esta colección de mujeres-vampiras que desde la lesbiana Reina de los vampiros, pasando por las etéreas e irreales hermanas portadoras de una ancestral maldición, ni olvidar el mismo candor de la Vampira desnuda", para terminar con Isolda, la vampira más humana jamás aparecida en el cine. Todas estas mujeres dirigidas por otro realizador no hubieran logrado crear este clima erótico en todo caso pornografía barata.
Por último, señalar la película de Coppola







                                   

No hay comentarios:

Publicar un comentario