Catarismo
Es la doctrina de los Cátaros o albigenses. Movimiento religioso de carácter gnóstico que se propagó por Europa Occidental a mediados del s. X, logrando arraigar en el s.XII entre los habitantes del Mediodía francés, especialmente en Languedoc.
El nombre cátaro viene probablemente del griego Kazarós (puro) Otro origen sugerido es el término latino cattus, gato; del alemán ketter o del francés catiers, asociado habitualmente por la Iglesia a “adoradores del diablo en forma de gato o brujas y hereje”.
Los cátaros fueron denominados también albigenses, nombre que se origina a finales del s. XII, y se refiere a la ciudad occitana del Albi, pero esta denominación no parece muy exacta, puesto que el centro de la cultura cátara estaba en Tolosa (Toulouse). Tal vez , por considerarse puros, se autodenominaban albinos, que tendrá su origen en la raíz alb, que significa blanco.
El catarismo llegó a Europa occidental desde Europa Orienta a través de las rutas comerciales de la mano de herejías maniqueas desalojadas por Bizancio ( influencia de la filosofía de Zaratustra, Mazdeismo: “Dios bueno, principio del bien; Dios malo, culpable del mal”) Estas herejías se asentaron en Occidente y se propagaron por distintos país. Influencia cátara en las zonas de: Languedoc, Carcasona, Tolosa de Languedoc, Albi, Narbona, Maranet, Bèziers, Mirepoix.
Los cátaros aparecieron en Lemosín entre 1012 y 1020. Algunos fueron descubiertos y ejecutados en la ciudad de Toulouse en 1022. La comunidad cátara fue condenada en los Sínodos de Charroux, 1028 y Tolosa, 1056. Los cátaros ganaron influencia en Occitania debido a la protección de Guillermo, duque de Aquitania, y por una proporción significativa de la nobleza occitana (Simón de Montfort (fortaleza de Montségur), Guilhen Bélibaste, y el traidor Arnau Sicre. El pueblo está impresionado por los Perfectos y por la predicación antisacerdotal de Pedro de Bruys y Enrique de Lausanne en Périgard. Los cátaros y su doctrina fueron acogidos en general bien acogidos porque veían en su forma de vida un acercamiento espiritual hacia los primeros siglos del cristianismo, por la pureza de sus costumbres cátaras en comparación a la vida austera de los primitivos cristianos, admirando su pacifismo, su tolerancia y el trato hacia el prójimo, frente a las convulsiones de una época tan belicosa como fue la Edad Media.
El poder político-religioso consideraba a los cátaros herejes, de falsa bondad, contrarios en definitiva a sus ambiciones
Los cátaros en un principio gozaban de más libertad en el Languedoc, practicando con el ejemplo el amor hacia el prójimo, la búsqueda de la paz , y la ayuda a sus semejantes sin recibir nada a cambio. Posteriormente tuvieron que ser mucho más discretos en la práctica de su religión, al arreciar la acción inquisitorial, y por ende las persecuciones de que fueron objeto.
La vida de los cátaros era sencilla, sin bienes terrenales (sólo los necesarios para la subsistencia); la oración y el trabajo eran sus armas para llegar al final con absoluta paz, preparándose toda la vida para la muerte a la cual no temían.
Por la sencillez de los cátaros, poseían una sobria organización representada por los Perfectos, o jefes de su iglesia en donde existían obispados al mando de los mismos, en las principales ciudades del Languedoc, Carcasona, Albí, Tolosa, Narbona. Acompañados por los diáconos regían las sedes episcopales. Eran los responsables de cumplir sus reglas religiosas más estrictas, el rezo diario, el celibato y dar el Consolamiento a los moribundos para poder acceder a la vida eterna. El ingreso de los cátaros en la comunidad se realizaba por medio de la imposición de manos, aunque aceptaban su particular Nuevo Testamento, no admitían el bautismo.
En el obispado de los cátaros, los obispos de cada demarcación poseían otros ayudantes auxiliares del obispo llamados Hijo mayor e Hijo menor, con gran prestigio, no tan solo entre los creyentes sino también entre los simpatizantes de los cátaros.
Era relevante entre ellos la no existencia de monasterios ni ostentosas mansiones, sino que sus vidas cotidianas trascurrían en casas sencillas como eran las de sus vecinos.
La mujer, aunque procediera de clase noble, podía ser nombrada Perfecta, con funciones exactamente igual que las de los hombres.
La creencia cátara tenía sus raíces religiosas en formas estrictas del gnosticismo y el maniqueísmo. En consecuencia, su teología era dualista radical, basada en la creencia de que el universo estaba compuesto por dos mundos en absoluto conflicto, uno espiritual creado por Dios y otro material forjado por Satán.
Los cátaros creían que el mundo físico había sido creado por Satán, a semejanza de los gnósticos que hablaban del Demiurgo. Sin embargo, los gnósticos del siglo I no identificaban al Demiurgo con el Diablo, probablemente porque el concepto de Diablo no era popular en aquella época , en tanto que se fue haciendo más y más popular durante la Edad Media.
Según la comprensión cátara, el Reino de Dios no es de este mundo. Dios creó cielos y almas. El Diablo creó el mundo material, las guerras y la Iglesia Católica. Ésta, con su realidad terrena y la difusión de la fe en la Encarnación de Cristo, era según los cátaros una herramienta de corrupción.
Creían en la reencarnación. Las almas se reencarnarían hasta que fuesen capaces de un autoconocimiento que les llevaría a la visión de la divinidad y así poder escapar del mundo material y elevarse al paraíso inmaterial. La forma de escapar del ciclo era vivir una vida ascética. Aquellos que seguían estas normas eran conocidos como Perfectos. Los Perfectos se consideraban herederos de los apóstoles, con facultades para anular los pecados y los vínculos con el mundo material de las personas.
Negaban el bautismo por la implicación del agua, elemento material y por tanto impuro, y por ser una institución de Juan Bautista y no de Cristo. Se oponían radicalmente al matrimonio con fines de procreación, ya que consideraban un error traer un alma para al mundo material y aprisionarla en un cuerpo. Rechazaban comer alimentos procedentes de la generación, como los huevos, la carne y la leche (sí el pescado, ya que entonces era considerado un “fruto” espontáneo del mar).
Practicaban una vida de férreo ascetismo, estricta castidad y vegetarianismo. Interpretaban la virginidad como la abstención de todo aquello capaz de “terrenalizar” el elemento espiritual.
Jesús no se encarnó, fue una aparición que se manifestó para mostrar el camino a Dios. Creían que no era posible que un Dios bueno se hubiese encarnado en forma material. Esta creencia específica se denominaba docetismo. Creían que el dios Yahvé descrito en el Antiguo Testamento era realmente el Diablo, ya que había creado el mundo y debido también a sus cualidades (“celoso”, “vengativo”, “de sangre”) y a sus actividades como “Dios de la Guerra”. Los cátaros negaban por ello la veracidad del Antiguo Testamento.
El consolamentum era el único sacramento de la fe cátara, con excepción de una suerte de Eucaristía simbólica, el Melioramentum, sin transubstanciación ( si Cristo era entidad exclusivamente espiritual, no encarnada, el pan no podía convertirse en el cuerpo de Cristo).
Los juramentos eran un pecado, puesto que ligaban a las personas con el mundo material.
Los bons hommes, los puros, son los intermediarios de la unión del hombre con Dios.
La Virgen no existe.
El Antiguo Testamento es rechazado, y del Nuevo las mayores referencias son el Apocalipsis de S. Juan
No creen en la cruz, al considerarla el martirio y el signo de la victoria de Satán sobre Cristo.
Tenían trece mandamientos, uno de ellos era no matar persona o animal, ya que son poseedores de almas que esperan su salvación.
Ayuno, castidad, obligación de trabajar, negación de la figura de Jesús como un Dios.
Rechazan los Sacramentos.
Muchos Perfectos tenían capacidad para sanar enfermedades por su capacidad por alcanzar un control interno a través del pensamiento.
La información que se ha dado anteriormente no podrá ayudar a entender mejor la novela de Zoé Oldenbourg Las ciudades carnales http://en.wikipedia.org/wiki/Zo%C3%A9_Oldenbourg
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