ORDEN TEUTÓNICA
http://www.blasoneshispanos.com/OrdenesCaballeria/03-OrdSupranacionales/03-OrTeutonica/OTeutonica.htm
Orden militar y religiosa creada en Tierra Santa. Originaria en un núcleo de peregrinos alemanes establecidos en Jerusalén, en un principio una orden hospitalaria, constituida en San Juan de Acre por mercaderes de Bremen y Lübeck en 1190, durante el asedio musulmán. En 1198 adquirió carácter de orden militar, compuesta exclusivamente de aristócratas alemanes, inspirada en los caballeros templarios. Bajo el mando de Heinrich Walpot y de Hermann de Salza (http://es.wikipedia.org/wiki/Hermann_von_Salza) la orden se desarrolló rápidamente en Tierra Santa y fundó numerosos establecimientos en el Mediterráneo. En 1211, la orden fue llamada por el rey de Hungría, Andrés II, para combatir a los cumanos (Cumanos)
Expulsada de Hungría 1225, en 1226 Hermann de Salza inició la ocupación de Prusia. En 1227 ocupó Estonia. consolidado su poder en Prusia, la orden inició su expansión hacia el este, colonizando con población germánica los territorios que caían en su poder y fundando importantes ciudades. en 1291, la pérdida de San Juan de Acre cortó los últimos vínculos de la orden con Tierra Santa y su gran maestre se instaló en Venecia. Alcanzó su máximo poderío en el s. XIV. Los caballeros teutónicos dominaron Pomerania, conquistaron Danzig, vencieron en Lituania y conquistaron Estonia y la isla de Gotland. En 1386, la unión de Polonia y Lituania empezó a amenazar sus dominios, y en 1410, Ladislao II de Polonia los derrotó en Tannenbarg. Tras la paz de Torun, la mayoría de las posesiones de la orden pasaron a Polonia. En 1511, el gran maestre Alberto de Brandemburgo se adhirió a la Reforma protestante, la orden fue secularizada y su territorio, Prusia Oriental, se transformó en un ducado que pasó luego a los Hohenzollern. A partir de entonces volvió a su primitiva actividad hospitalaria.
La obra , más reciente, del periodista y escritor sueco Jan Guillou titulada El legado del templario (http://baullibros.blogspot.com.es/2009/12/el-legado-templario-jan-guillou.html. Su protagonista es Arn Magnusson, un miembro de la orden que entró a formar parte de ella obligado por las circunstancias. Entre sus peripecias destacan sus amores con Cecilia y su amistad con un enemigo. La obra es una auténtica epopeya ambientada en una época que fue muy importante para la construcción de la Europa medieval.
También una trilogía sobre el tema templarios es la escrita por el historiador español Juan Eslava Galán. Firmada con el seudónimo de Nicholas Wilcox, se compone de Los falsos peregrinos; Las trompetas de Jericó y La sangre de Dios. Son tres novelas independientes: la primera se desarrolla en 1307, la segunda en 193 con los nazis de por medio en busca del Arca de la Alianza y la tercera posteriormente. Sin embargo, los templarios siempre están como trasfondo de los argumentos.
Otras obras:
LOS TEMPLARIOS
Templarios: mito y literatura.
A estas alturas, la Orden de los Caballeros del Templo de Salomón o Caballeros Templarios es casi mítica, en buena medida gracias a las novelas que se han escrito sobre ella y que nos brindan una visión diferente de la que nos proporciona la Historia.
Las novelas con templarios crecen de año en año y se ramifican en una fronda de cátaros , Santo Grial, estirpe de Jesús, código de Vinci y otras mil variantes del nuevo subgénero que podríamos denominar historia-ficción.
El romanticismo exaltó a los templarios como víctimas del despotismo y la arbitrariedad de los gobernantes. La moda, también romántica, del ocultismo y la literatura gótica ha encontrado en los supuestos templarios una vena inagotable que va enriqueciéndose de generación en generación con nuevas aportaciones.
La rama más vigorosa crecida de ese tronco, y hoy de moda gracias a El código da Vinci, es la del Priorato de Sión . Hoy han crecido millones de lectores occidentales están convencidos de que Jesús se casó con María Magdalena y generó una estirpe real (la Sang Real, o Grial) que aún se mantiene en el envés de la historia creciendo a la sombra del Vaticano y de las monarquías europeas. La aldea francesa, Rennes de Château, que antes vivía de las ovejas, ahora vive del mito . ( http://maiteliteratura.blogspot.com.es/ entrada: Priorato de Sión)
Los Caballeros del Temple constituyen hoy día una orden casi mítica gracias a novelas como El código da Vinci de Dan Browon http://es.wikipedia.org/wiki/El_c%C3%B3digo_Da_Vinci_(pel%C3%ADcula)
http://opusdei.es/es-es/article/la-historia-que-manipula-el-codigo-da-vin y otras narraciones
La rama más vigorosa crecida de ese tronco, y hoy de moda gracias a El código da Vinci, es la del Priorato de Sión . Hoy han crecido millones de lectores occidentales están convencidos de que Jesús se casó con María Magdalena y generó una estirpe real (la Sang Real, o Grial) que aún se mantiene en el envés de la historia creciendo a la sombra del Vaticano y de las monarquías europeas. La aldea francesa, Rennes de Château, que antes vivía de las ovejas, ahora vive del mito . ( http://maiteliteratura.blogspot.com.es/ entrada: Priorato de Sión)
Los Caballeros del Temple constituyen hoy día una orden casi mítica gracias a novelas como El código da Vinci de Dan Browon http://es.wikipedia.org/wiki/El_c%C3%B3digo_Da_Vinci_(pel%C3%ADcula)
http://opusdei.es/es-es/article/la-historia-que-manipula-el-codigo-da-vin y otras narraciones
La obra , más reciente, del periodista y escritor sueco Jan Guillou titulada El legado del templario (http://baullibros.blogspot.com.es/2009/12/el-legado-templario-jan-guillou.html. Su protagonista es Arn Magnusson, un miembro de la orden que entró a formar parte de ella obligado por las circunstancias. Entre sus peripecias destacan sus amores con Cecilia y su amistad con un enemigo. La obra es una auténtica epopeya ambientada en una época que fue muy importante para la construcción de la Europa medieval.
También una trilogía sobre el tema templarios es la escrita por el historiador español Juan Eslava Galán. Firmada con el seudónimo de Nicholas Wilcox, se compone de Los falsos peregrinos; Las trompetas de Jericó y La sangre de Dios. Son tres novelas independientes: la primera se desarrolla en 1307, la segunda en 193 con los nazis de por medio en busca del Arca de la Alianza y la tercera posteriormente. Sin embargo, los templarios siempre están como trasfondo de los argumentos.
Otras obras:
- Iacobus de Matilde Asensi
- El señor de Bembibre de Enrique Gil y Carrasco ( se recogen la historia, usos y costumbres de los templarios.
- La Hermandad de la Sábana Santa de Julia Navarro
- La sombra del templario de Nuria Masot
- 1305: cuervos y espadas de Edwuard Burman
- La salvación de los templarios de Raymond Khoury
- La catedral de César Mallorquí
- El templario de Paul Doherty
- El fin de los templarios de Andreas Beck
- La Orden del Temple de Raymond Khoury
- El tesoro de los nazareos de Jerónimo Tristante
- El caballero del temple de José Luis Corral
- El enigma sagrado y La lápida templaria de Nicholas Wilcox ( Juan Eslava Galán)
- Los Templarios de Jesús Maestre Godes
- Los Templarios ; Emmanuel Barceló ; Colección Cosmos , Edimat Libros S.A.
EL TEMPLE
Los caballeros de la Orden del Temple se caracterizaron por hacer votos de obediencia, pobreza y castidad con el fin de conquistar, defender y conservar Tierra Santa.
Huges de Payns y Geoffroy de Saint Omer, ambos muy piadosos, fundaron la Orden del Temple. En 1115, otros nueve caballeros se unieron a la orden y adoptaron entonces el nombre de "Pobres Caballeros de Cristo". El rey de Jerusalén, Balduino II, puso a disposición de ellos una parte de su palacio, construido sobre las ruinas del antiguo Templo de Salomón. Entonces tomaron el nombre de "Caballeros del Temple".
El momento crucial. En 1126, el poderoso conde de Champaña lo deja todo, familia, posesiones y poderes, para ponerse al servicio de su antiguo vasallo, Hugues de Payns. La orden busca un reconocimiento oficial, pero el papa Honorio II se la niega sin el aval de las demás órdenes monásticas. Payns visita a Bernardo de Claraval ( S. Bernardo), quien convoca el concilio de Troyes el 14 de enero de 1128.
En 1130 se creó oficialmente la Orden del Temple ("Pura Caballería de Dios").
La regla. Cuatro eran los principios básicos: obedecer, ser casto, mantenerse pobre y consagrarse en cuerpo y alma a la conquista de Tierra Santa, salvaguardia y defensa. Todo ello implicaba sacrificio y heroísmo. Un templario no podía polpear al adversario hasta haber rechazado tres ataques de éste.
La jerarquía. Tomando como modelo las estructuras feudales y monásticas, la Orden era una comunidad muy jerarquizada. Ningún monarca, señor ni autoridad religiosa tenían jurisdicción sobre la Orden: exenta de impuestos, la única autoridad de la que dependía era la del mismo Papa. A la cabeza estaba el Maestre, de quien dependían todas las encomiendas de oriente y occidente. Este siempre era un caballero elegido por los demás , pero no estaba autorizado a tomar decisiones importantes sin el acuerdo del Consejo, que representaba a todos los hermanos y era elegido por éstos. El Maestre estaba secundado por grandes oficiales: el senescal, que era su lugarteniente , y el mariscal, que era el jefe militar. A continuación venían los comendadores, luego los caballeros del Temple, los sargentos y "hermanos de armas", los sirvientes y, por último, las tropas auxiliares. Es preciso distinguir entre los verdaderos templarios, ligados por los votos monásticos, y los caballeros y sargentos que se integraban en la Orden para servir "a plazo fijo". Sólo los primeros tenían derecho a llevar el vestido y mando blanco; los segundos llevaban un hábito de color oscuro, negro o gris parduzco.
Vida cotidiana y penitencia. La jornada del templario se iniciaba con los maitines a las 4:00h de la mañana en invierno y a las 2:00h en verano. Después de rezar u oír rezar veintiséis padrenuestros, debía personarse en los establos para dar órdenes a los escuderos; sólo entonces podía volver a acostarse hasta las siguientes campanadas. Las comidas se realizaban en comunidad, en silencio y servidas en escudillas. Un hermano leía en voz alta las Sagradas Escrituras. Al caer la noche, rezaban las vísperas y se acostaban. La regla de la Orden debía respetarse y cada uno estaba bajo la vigilancia constante de los demás hermanos. Cada semana se reunían y el que era culpable debía confesar las faltas cometidas. Nueve faltas graves eran sancionadas con la expulsión de la Orden. Pero el hermano expulsado no por ello quedaba libre, sino que se le enviaba a una orden más rigurosa, donde tenía que pasar el resto de su vida. La pérdida del hábito se castigaba degradando al templario al rango de sirviente, castigo que no podía exceder de un año.
CRONOLOGÍA DE LA ORDEN DEL TEMPLE
A pesar de ciertos episodios que contribuyeron a que los Templarios perdiesen sus primitivas virtudes, los Caballeros de la Orden se impusieron durante tres siglos por su carisma
1096.- Primera Cruzada (1095-1099)
1099 .- El 15 de julio, conquista de Jerusalén
1115.- Hugues de Payns y ocho caballeros se asocian con el objetivo de proteger a los peregrinos en Tierra Santa.
1118.- La cofradía adopta el nombre de "Pobres Caballeros de Cristo"
1128.- El 14 de enero se funda la Orden del Temple en el Concilio de Troyes. Bernardo de Claraval redacta la regla.
1130 .- La Orden del Temple se convierte en el ejército regular del reino de Jerusalén.
1138.- Primer hecho de armas en Tierra Santa: derrota en Teqoa frente a los turcos. Los templarios son exterminados.
1139.- Omne datum optimum, bula del papa Inocencio II que concede a la Orden numerosos privilegios.
1147.- La cruz patada se convierte en el emblema de la Orden
1138.- Primer hecho de armas en Tierra Santa: derrota en Teqoa frente a los turcos. Los templarios son exterminados.
1139.- Omne datum optimum, bula del papa Inocencio II que concede a la Orden numerosos privilegios.
1147.- La cruz patada se convierte en el emblema de la Orden
1148.- El 6 de enero, Euvrard des Barres, Maestre de la Orden, y sus templarios salvan al rey Luis VII en el monte Kadmos.
1149.- Toma de Gaza
1153.- El 13 de agosto, Bernard de Trèmelay y cuarenta de sus templarios mueren ante Ascalón. La ciudad es tomada el 19 de agosto.
1177.- Ochenta templarios participan en la batalla de Montgisard, ganada por el rey de Jerusalén, Balduino IV, contra Saladino.
1187.- El 4 de julio, en la batalla de Hattin,140 templarios al mando del Maestre Gèrard de Ridefort son hechos prisioneros y ejecutados por Saladino; De Ridefort es perdonado.
1190.- El 4 de Octubre, Gèrard de Ridefort muere en Arce.
1219.- El 5 de noviembre, heroica participación de los templarios, al lado de los cruzados de Juan de Brienne, en la reconquista de la ciudad de Damieta, en el delta del Nilo.
1244.- El 17 de octubre, en el sitio de Gaza, desastre de la Forbie; de 348 templarios, sólo escapan 36.
1250.- El 8 de febrero, Guillaume de Sonnac, Maestre de la Orden, muere en la batalla de al-Mansura.
1291.- El 15 de abril, los templarios intentan incendiar las máquinas de guerra que asedian Acre. Muere el Maestre de la Orden.
El 28 de mayo, San Jaunde Acre cae en manos de los sarracenos. La elite de la Orden es aniquilada.
1307.- el 13 de octubre, detención de los templarios en toda Francia. El 24 de octubre es juzgado el gran Maestre Jacques de Molay.
1308. El papa Clemente V deja a los templarios en manos del rey Felipe IV el Hermoso.
1310.- El 13 de mayo, cincuenta y cuatro templarios son quemados vivos.
1312.- El 3 de abril, la bula Vox clamantis disuelve la Orden del Temple. Los bienes de la Orden se transfieren a la Orden de los Hospitalarios.
1314.- Proceso contra los dignatarios del Temple. El 18 de marzo Jacques de Molay, gran Maestre, y Geoffroy de Charnay, comendador, son quemados vivos.
1149.- Toma de Gaza
1153.- El 13 de agosto, Bernard de Trèmelay y cuarenta de sus templarios mueren ante Ascalón. La ciudad es tomada el 19 de agosto.
1177.- Ochenta templarios participan en la batalla de Montgisard, ganada por el rey de Jerusalén, Balduino IV, contra Saladino.
1187.- El 4 de julio, en la batalla de Hattin,140 templarios al mando del Maestre Gèrard de Ridefort son hechos prisioneros y ejecutados por Saladino; De Ridefort es perdonado.
1190.- El 4 de Octubre, Gèrard de Ridefort muere en Arce.
1219.- El 5 de noviembre, heroica participación de los templarios, al lado de los cruzados de Juan de Brienne, en la reconquista de la ciudad de Damieta, en el delta del Nilo.
1244.- El 17 de octubre, en el sitio de Gaza, desastre de la Forbie; de 348 templarios, sólo escapan 36.
1250.- El 8 de febrero, Guillaume de Sonnac, Maestre de la Orden, muere en la batalla de al-Mansura.
1291.- El 15 de abril, los templarios intentan incendiar las máquinas de guerra que asedian Acre. Muere el Maestre de la Orden.
El 28 de mayo, San Jaunde Acre cae en manos de los sarracenos. La elite de la Orden es aniquilada.
1307.- el 13 de octubre, detención de los templarios en toda Francia. El 24 de octubre es juzgado el gran Maestre Jacques de Molay.
1308. El papa Clemente V deja a los templarios en manos del rey Felipe IV el Hermoso.
1310.- El 13 de mayo, cincuenta y cuatro templarios son quemados vivos.
1312.- El 3 de abril, la bula Vox clamantis disuelve la Orden del Temple. Los bienes de la Orden se transfieren a la Orden de los Hospitalarios.
1314.- Proceso contra los dignatarios del Temple. El 18 de marzo Jacques de Molay, gran Maestre, y Geoffroy de Charnay, comendador, son quemados vivos.
El tesoro de los templarios
Mucho se ha escrito sobre este famoso "tesoro" y muchos han sido los que lo han buscado sin que nadie lo haya encontrado todavía...Y sin embargo, la Orden del Temple era inmensamente rica.
Cuando los esbirros de Guillaume de Nogaret registraron el Temple de París el 13 de octubre de 1307, curiosamente no encontraron ni oro ni dinero. Nada. Ninguna riqueza, y así en la mayoría de encomiendas. ¿Hay que creer al templario Jean de Châlon quien, en junio de 1308, declaró ante el Papa que "un cortejo de carros cubiertos de paja había salido del Temple de París acompañado de Gèrard de Villiers, preceptor de Fancia"? Esto se habría producido la víspera del arresto de los miembros de la Orden. Un documento conservado en los archivos secretos del Vaticano da fe de esta declaración: el contenido de los carros había sido embarcado en un puerto del norte de Francia. De hecho, los templarios estaban al corriente de la inminencia de su detención, ya que la orden se había difundido por el reino un mes antes.
De todas las pistas seguidas, dos siguen siendo plausibles. Ambas pasan por Inglaterra, donde tuvo lugar el desembarco. La primera pista conduce a Humbert Blanc, preceptor de Auvernia, región perteneciente en aquella época al ducado de Aquitania, entonces tierra inglesa. Éste se habría reunido con De Villiers en Inglaterra. El tesoro habría regresado a continuación a Francia y se habría ocultado en un escondrijo en las montañas de Auvernia.
En Inglaterra, donde los templarios no sufrieron persecución, está la otra pista. Un caballero inglés, John Mark Laermanius, habría recibido de Jacques de Molay la misión de hacer que la Orden sobreviviese. Por otra parte, se encuentran en el "rito escocés" similitudes con el espíritu del Temple, prueba de que éste perduró mucho tiempo después de su abolición.
El misterio sigue sin desvelarse.
SAN JUAN DE ACRE. Un sitio maldito
El 28 de mayo de 1291, San Juan de Acre, hasta entonces en poder de los Cruzados, cayó en manos de las huestes musulmanas al mando del sultán de Egipto. Muy pronto siguieron las ciudades de Tiro, Sidón, Beaufort y Beirut.
En 1254, cuando Luis IX, de vuelta de la Séptima Cruzada, llegó a Francia, lo hizo con el sentimiento de que la cohesión y la unidad reinaban en Tierra Santa ; pero era más que un espejismo. La discordia entre los monjes-soldados ( templarios y hospitalarios) dividía estas comunidades, encargadas de defender Tierra Santa. Para Baybars I (cuarto sultán de la dinastía de los mamelucos), representaba un oportunidad; retomó Beaufort, Jaffa, Antioquía... Pero el rey de Francia reaccionó y volvió a partir a la Cruzada. Por desgracia, el 25 de agosto de 1270 murió de tifus a las puertas de Túnez.
A lo largo de los años siguientes Hugo III, entonces rey de Jerusalén, con ayuda del rey de Sicilia y los templarios, trató en vano de restaurar la calma y el orden. Desde aquel momento en Tierra Santa reinó la anarquía. En 1291, en San Juan de Acre, unos cruzados italianos muy indisciplinados asaltaron y asesinaron a unos inofensivos campesinos musulmanes: degollaron a todos los mercaderes mahometanos, así como a los cristianos sirios. En abril del mismo año, el sultán de Egipto puso sitio a la ciudad.
La noche del 15 de abril, el gran Maestre de Temple, Guillaume de Beaujeu, intentó salir con 300 caballeros para incendiar las catapultas adversarias, pero los caballos se enredaron las patas entre las cuerdas de las tiendas enemigas y la fuerza tuvo que retirarse. Otra salida fracasó, ya que las fuerzas eran demasiado desiguales. A pesar de la tenacidad y resistencia de hospitalarios y templarios, el viernes 18 de mayo el sultán lanzó el asalto final sobre San Juan de Acre.
Pronto la torre Maldita y la puerta de San Antonio cedieron bajo el asalto enemigo. Guillaume de Beaujeu, mortalmente herido, y Jean de Villiers, también herido, fueron evacuados a bordo de un buque que partía con destino a Chipre. Los habitantes se agolparon para embarcar en otros buques, pero éstos, en número insuficiente y demasiado cargados, se fueron a pique.
No obstante, en el monasterio fortificado del Temple, el mariscal de la Orden, Pierre de Sevry, que se había atrincherado con sus hombres, resistía. Los ataques de los mamelucos se sucedían.
El sultán intentó una oferta de capitulación honrosa, pero ante
No obstante, en el monasterio fortificado del Temple, el mariscal de la Orden, Pierre de Sevry, que se había atrincherado con sus hombres, resistía. Los ataques de los mamelucos se sucedían.
El sultán intentó una oferta de capitulación honrosa, pero ante
los actos de salvajismo cometidos por su ejército con la población de Acre, el pacto se rompió. Entonces el egipcio hizo minar los cimientos de la torre, y el 28 de mayo se produjo el asalto final. Los templarios consiguieron evacuar a buen número de las 10000 almas que habían acogido gracias a una hábil estrategia: tras socavar los cimientos de la torre y sostenerla con frágiles puntales, calcularon que el peso de la oleada humana cuando musulmanes invadiesen la torre los haría ceder. En efecto, la construcción se desplomó sobre los asaltantes, entre los cuales había 200 caballeros turcos, pero por desgracia también los pocos templarios supervivientes; fue el final. Pronto cayeron las demás plazas fuertes; algunos templarios consiguieron huir a Chipre y los restantes fueron exterminados. De este modo terminó , en un baño de sangre, la gran epopeya del Temple en Tierra Santa.
El mito de los caballeros
Los caballeros surgieron en la cristiandad a principios del s. IX y perduraron hasta el XII. Entre realidad y leyenda, nos encontramos con Arturo, Lanzarote, Tristán, el Cid y tantos otros. Entendían la justicia de una forma muy especial, debido a que les importaba más la caridad. La Iglesia imprimió un cierto carácter religioso a la condición de caballero. El ardor bélico de los caballeros se encauzó hacia empresas como la lucha contra el Islam, culminando el nuevo espíritu con la organización de las Cruzadas.
El acceso a la dignidad de caballero, que en un principio se realizaba según unas ceremonias de origen germánico y pagano, se completó con unos símbolos marcadamente religiosos. En las familias nobles, la iniciación del caballero comenzaba en la infancia. El niño era confiado al monarca o a un gran magnate, en cuya corte se educaba en calidad de paje y luego de compañero de caza, de viaje y de guerra del señor. De esta manera aprendía a montar, a combatir y a conducirse como un caballero, hasta que terminado el aprendizaje de escudero y puestas a prueba sus aptitudes militares, el joven era al fin armado.
A la ceremonia, que consistía sustancialmente en la entrega de la espada, se añadieron otros actos rituales, como la bendición de las armas y el baño purificador del aspirante, el cual, antes de ser investido, pasaba una noche en oración, recibía luego la Comunión y juraba poner sus armas al servicio de las causas santas y justas, de la defensa de la fe y de la protección de los débiles y desamparados.
De este modo se desarrolló el concepto de la orden de caballería como una amplia agrupación espiritual que hermanaba a todos los nobles guerreros de la cristiandad. Como consecuencia de la primera cruzada, nacieron, además , las denominadas órdenes militares, cuyos componentes eran caballeros enteramente consagrados, mediante voto, a la realización de los ideales señalados en el marco de una organización eclesiástico-monacal.
Los monjes de la guerra
Las órdenes militares hispanas
Si los templarios y hospitalarios nacieron para proteger Tierra Santa durante la Cruzadas, la Península Ibérica vivió el nacimiento de sus propias órdenes militares para luchar contra los musulmanes de Al-Ándalus. Entre los siglos XII y XV, los hombres de Alcántara, Santiago o Calatrava quedaron vinculados para siempre a la historia de la Reconquista.
http://es.wikipedia.org/wiki/Di%C3%B3cesis_de_Ciudad_Real
Los caballeros de Calatrava, Santiago, Alcántara o Montesa fueron importantes protagonistas de la historia medieval. Nacieron en pleno auge de la Reconquista, en el siglo XII, y aunque muchas aún perviven, realmente desaparecieron en espíritu con ella.
Las órdenes del Temple y del Hospital también estuvieron presentes en la península Ibérica en el primer tercio del siglo XII, apoyando los reinos cristianos. No obstante, no fueron las primeras hermandades armadas que existían en los reinos peninsulares. Previamente, hay documentada la presencia de los hermagildas, u organizaciones de grupos de granjeros que se defendían de bandidos o razias musulmanas tomando armas, imbuidos del espíritu de Cruzada. Muchos han considerado a estas bandas como el embrión de las futuras órdenes militares hispánicas.
El año clave en la aparición de las primeras órdenes de monjes guerreros españoles es 1157.
Un abad navarro, atraído por el espíritu de Cruzada, creó en Calatava la primera orden militar hispana.
En 1149, Alfonso VII de Castilla había cedido a los templarios la fortaleza de Calatrava. Los templarios, escasos de recursos, renunciaron a la posesión de la plaza argumentando escasez de hombres y materiales para su defensa.
La decisión del Temple sorprendió a la corte castellana, y Sancho III, el nuevo rey, decidió ofrecer la posesión de la fortaleza a quien pudiera defenderla. Raimundo Sierra, un abad navarro del monasterio de Santa María de Fitero, aceptó el reto. En 1164, el papa Alejandro III les otorga el estatus oficial de orden religiosa y militar. Los miembros de Calatrava adoptaron la regla del Císter (http://www.elcisteriberico.com/Paginas/historia%20cister.html )como norma y un hábito blanco como vestimenta.
Casi de manera paralela a la formación de la orden de Calatrava, una hermagilda de Cáceres se ofreció a los monjes del monasterio leonés de San Eloy para proteger a los peregrinos que viajaban ha Santiago de Compostela. el rey leonés Fernando II les ofreció defender Cáceres de las razias musulmanas y la hermagilda pasó a denominarse Caballeros de Cáceres. sin embargo, la ciudad extremeña cayó al final en manos musulmanas y el monarca les concedió la ciudad de Uclés, en Cuenca, para que establecieran allí su base principal. En 1175, el papa Alejandro III los reconoció como la orden de Santiago de la Espada y los nuevos monjes adoptarían la regla de San Agustín para su vida monástica.
La última gran orden surgida en los reinos de Castilla y León medieval fue la de Alcántara. Sus orígenes son más difíciles de datar. Es seguro que hacia 1176 existía una pequeña cofradía, los Caballeros de San Julián de Pereiro en tierras cacereñas. En un principio se pusieron bajo la protección de la orden de Calatrava en 1187, y tomaron como base la ciudad extremeña de Alcántara. En 1218, Calatrava renunció a su protección, porque estaba muy lejos del núcleo de sus otras encomiendas y los Caballeros de San Julián se quedaron para proteger la villa. Sus miembros fueron abandonando la denominación de sanjulianistas y la sustituyeron por la de Alcántar.
Montesa. La orden de la corona de Aragón
Los Templarios tuvieron una gran influencia en el reino de Navarra, Portugal y en la Corona de Aragón durante casi dos siglos, pero esta circunstancia cambió sensiblemente a inicios del s. XIV, cuando el Temple cayó en desgracia. El rey aragonés Jaime II no quería entregar todos los dominios templarios a los hospitalarios, tal y como había ordenado el para Clemente V, por lo que emuló a los reyes castellanos y creó una nueva congregación bajo su control. Para que el Sumo Pontífice aceptara a los nuevos monjes guerreros, las posesiones del Temple se dividieron en dos: las del reino de Valencia pasaron a manos de la nueva orden, y las del reino de Aragón y el principado de Cataluña a los hospitalarios. Además, la nueva congregación se constituiría como una rama de Calatrava, aunque acabaría gozando de una amplia autonomía. finalmente, el 22 de julio de 1319 se fundó en Barcelona la orden de Montesa. Tomaba el nombre del castillo valenciano que les había cedido el rey para establecer su encomienda madre. Su primer maestre fue Guillem d´Eril, quien juró fidelidad al monarca en su muestra de control de la Corona sobre la orden. Esta se nutrió de templarios y de freires aragoneses de Calatrava,
En el reino de Navarra no se desarrolló ninguna orden propia. Cuando se diluyó la orden templaria, sus bienes pasaron a manos del Hospital, siguiendo las directrices del Papa. En cambio en Portugal sí apareció otra orden: los Caballeros de Cristo, que acogió a muchos templarios que participaron activamente en las conquistas de ultramar.
En Castilla y León se apostó pronto por las órdenes militares autóctonas ante la renuncia templaria, en los reinos de la Corona de Aragón las órdenes de monjes guerreros procedentes de Tierra Santa gozaron de mucha mayor influencia. Las órdenes militares autóctonas prestaban juramento de fidelidad al monarca, mientras las internacionales debían obediencia al Papa.
La victoria de Navas de Tolosa significó una época de esplendor para las órdenes, que se vieron beneficiadas de grandes feudos y prestigio. La humillante derrota de las órdenes militares en Alarcos http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Alarcos iba a vengarse en la que sería gran batalla de la Reconquista : las Navas de Tolosa http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Las_Navas_de_Tolosa Esta victoria iba a permitir a Castilla cruzar Despeñaperros y plantearse la conquista del sur de la Península Calatrava y Santiago participaron activamente en las conquistas de Córdoba, Jaén, Sevilla y Puerto de Santa María.
Las órdenes hispánicas no llegaron nunca a alcanzar el poder de los templarios, pero sí tuvieron una intensa actividad económica. Desarrollaron la ganadería, promovieron la agricultura y el cultivo de cereales y viñedos. La administración de los dominios se confió a los judíos, especialmente a partir de finales del s. XIV. Durante el reinado de Alfonso X el Sabio consolidaron sus dominios territoriales: Calatrava creció entre Toledo y Sierra Nevada, alcántara dominó más siete mil kilómetros cuadrados principalmente en Extremadura, y las encomiendas de Santiago equivalían al resto juntas; las más emblemáticas fueron Calatrava la Nueva en Ciudad Real y el monasterio de Uclés en la provincia de Cuenca.
En el siglo XV las órdenes iniciaron un proceso de reforma. Se redujeron el número de caballeros en las encomiendas , y cuando se requerían de sus servicios militares se contrataban a tropas mercenarias. Pero aún así continuaron muy vinculadas a los vaivienes de la política interior castellana, en la guerra civil entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja.
Los monjes guerreros estuvieron al lado de Isabel I. Fueron los primeros en entrar en Granada y en colocar sus estandartes en la Alhambra, pero con el final de la Reconquista perdieron su razón de ser.
En 1523 Carlos V se apropió de los títulos de maestre de Santiago, Alcántara y Calatrava. A partir de ahí, el título de miembro de una de estas órdenes pasó a ser una designación honorifica.
El mito de los caballeros
Los caballeros surgieron en la cristiandad a principios del s. IX y perduraron hasta el XII. Entre realidad y leyenda, nos encontramos con Arturo, Lanzarote, Tristán, el Cid y tantos otros. Entendían la justicia de una forma muy especial, debido a que les importaba más la caridad. La Iglesia imprimió un cierto carácter religioso a la condición de caballero. El ardor bélico de los caballeros se encauzó hacia empresas como la lucha contra el Islam, culminando el nuevo espíritu con la organización de las Cruzadas.
El acceso a la dignidad de caballero, que en un principio se realizaba según unas ceremonias de origen germánico y pagano, se completó con unos símbolos marcadamente religiosos. En las familias nobles, la iniciación del caballero comenzaba en la infancia. El niño era confiado al monarca o a un gran magnate, en cuya corte se educaba en calidad de paje y luego de compañero de caza, de viaje y de guerra del señor. De esta manera aprendía a montar, a combatir y a conducirse como un caballero, hasta que terminado el aprendizaje de escudero y puestas a prueba sus aptitudes militares, el joven era al fin armado.
A la ceremonia, que consistía sustancialmente en la entrega de la espada, se añadieron otros actos rituales, como la bendición de las armas y el baño purificador del aspirante, el cual, antes de ser investido, pasaba una noche en oración, recibía luego la Comunión y juraba poner sus armas al servicio de las causas santas y justas, de la defensa de la fe y de la protección de los débiles y desamparados.
De este modo se desarrolló el concepto de la orden de caballería como una amplia agrupación espiritual que hermanaba a todos los nobles guerreros de la cristiandad. Como consecuencia de la primera cruzada, nacieron, además , las denominadas órdenes militares, cuyos componentes eran caballeros enteramente consagrados, mediante voto, a la realización de los ideales señalados en el marco de una organización eclesiástico-monacal.
Los monjes de la guerra
Las órdenes militares hispanas
Si los templarios y hospitalarios nacieron para proteger Tierra Santa durante la Cruzadas, la Península Ibérica vivió el nacimiento de sus propias órdenes militares para luchar contra los musulmanes de Al-Ándalus. Entre los siglos XII y XV, los hombres de Alcántara, Santiago o Calatrava quedaron vinculados para siempre a la historia de la Reconquista.
Los caballeros de Calatrava, Santiago, Alcántara o Montesa fueron importantes protagonistas de la historia medieval. Nacieron en pleno auge de la Reconquista, en el siglo XII, y aunque muchas aún perviven, realmente desaparecieron en espíritu con ella.
Las órdenes del Temple y del Hospital también estuvieron presentes en la península Ibérica en el primer tercio del siglo XII, apoyando los reinos cristianos. No obstante, no fueron las primeras hermandades armadas que existían en los reinos peninsulares. Previamente, hay documentada la presencia de los hermagildas, u organizaciones de grupos de granjeros que se defendían de bandidos o razias musulmanas tomando armas, imbuidos del espíritu de Cruzada. Muchos han considerado a estas bandas como el embrión de las futuras órdenes militares hispánicas.
El año clave en la aparición de las primeras órdenes de monjes guerreros españoles es 1157.
Un abad navarro, atraído por el espíritu de Cruzada, creó en Calatava la primera orden militar hispana.
En 1149, Alfonso VII de Castilla había cedido a los templarios la fortaleza de Calatrava. Los templarios, escasos de recursos, renunciaron a la posesión de la plaza argumentando escasez de hombres y materiales para su defensa.
La decisión del Temple sorprendió a la corte castellana, y Sancho III, el nuevo rey, decidió ofrecer la posesión de la fortaleza a quien pudiera defenderla. Raimundo Sierra, un abad navarro del monasterio de Santa María de Fitero, aceptó el reto. En 1164, el papa Alejandro III les otorga el estatus oficial de orden religiosa y militar. Los miembros de Calatrava adoptaron la regla del Císter (http://www.elcisteriberico.com/Paginas/historia%20cister.html )como norma y un hábito blanco como vestimenta.
Casi de manera paralela a la formación de la orden de Calatrava, una hermagilda de Cáceres se ofreció a los monjes del monasterio leonés de San Eloy para proteger a los peregrinos que viajaban ha Santiago de Compostela. el rey leonés Fernando II les ofreció defender Cáceres de las razias musulmanas y la hermagilda pasó a denominarse Caballeros de Cáceres. sin embargo, la ciudad extremeña cayó al final en manos musulmanas y el monarca les concedió la ciudad de Uclés, en Cuenca, para que establecieran allí su base principal. En 1175, el papa Alejandro III los reconoció como la orden de Santiago de la Espada y los nuevos monjes adoptarían la regla de San Agustín para su vida monástica.
La última gran orden surgida en los reinos de Castilla y León medieval fue la de Alcántara. Sus orígenes son más difíciles de datar. Es seguro que hacia 1176 existía una pequeña cofradía, los Caballeros de San Julián de Pereiro en tierras cacereñas. En un principio se pusieron bajo la protección de la orden de Calatrava en 1187, y tomaron como base la ciudad extremeña de Alcántara. En 1218, Calatrava renunció a su protección, porque estaba muy lejos del núcleo de sus otras encomiendas y los Caballeros de San Julián se quedaron para proteger la villa. Sus miembros fueron abandonando la denominación de sanjulianistas y la sustituyeron por la de Alcántar.
Montesa. La orden de la corona de Aragón
Los Templarios tuvieron una gran influencia en el reino de Navarra, Portugal y en la Corona de Aragón durante casi dos siglos, pero esta circunstancia cambió sensiblemente a inicios del s. XIV, cuando el Temple cayó en desgracia. El rey aragonés Jaime II no quería entregar todos los dominios templarios a los hospitalarios, tal y como había ordenado el para Clemente V, por lo que emuló a los reyes castellanos y creó una nueva congregación bajo su control. Para que el Sumo Pontífice aceptara a los nuevos monjes guerreros, las posesiones del Temple se dividieron en dos: las del reino de Valencia pasaron a manos de la nueva orden, y las del reino de Aragón y el principado de Cataluña a los hospitalarios. Además, la nueva congregación se constituiría como una rama de Calatrava, aunque acabaría gozando de una amplia autonomía. finalmente, el 22 de julio de 1319 se fundó en Barcelona la orden de Montesa. Tomaba el nombre del castillo valenciano que les había cedido el rey para establecer su encomienda madre. Su primer maestre fue Guillem d´Eril, quien juró fidelidad al monarca en su muestra de control de la Corona sobre la orden. Esta se nutrió de templarios y de freires aragoneses de Calatrava,
En el reino de Navarra no se desarrolló ninguna orden propia. Cuando se diluyó la orden templaria, sus bienes pasaron a manos del Hospital, siguiendo las directrices del Papa. En cambio en Portugal sí apareció otra orden: los Caballeros de Cristo, que acogió a muchos templarios que participaron activamente en las conquistas de ultramar.
En Castilla y León se apostó pronto por las órdenes militares autóctonas ante la renuncia templaria, en los reinos de la Corona de Aragón las órdenes de monjes guerreros procedentes de Tierra Santa gozaron de mucha mayor influencia. Las órdenes militares autóctonas prestaban juramento de fidelidad al monarca, mientras las internacionales debían obediencia al Papa.
La victoria de Navas de Tolosa significó una época de esplendor para las órdenes, que se vieron beneficiadas de grandes feudos y prestigio. La humillante derrota de las órdenes militares en Alarcos http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Alarcos iba a vengarse en la que sería gran batalla de la Reconquista : las Navas de Tolosa http://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Las_Navas_de_Tolosa Esta victoria iba a permitir a Castilla cruzar Despeñaperros y plantearse la conquista del sur de la Península Calatrava y Santiago participaron activamente en las conquistas de Córdoba, Jaén, Sevilla y Puerto de Santa María.
Las órdenes hispánicas no llegaron nunca a alcanzar el poder de los templarios, pero sí tuvieron una intensa actividad económica. Desarrollaron la ganadería, promovieron la agricultura y el cultivo de cereales y viñedos. La administración de los dominios se confió a los judíos, especialmente a partir de finales del s. XIV. Durante el reinado de Alfonso X el Sabio consolidaron sus dominios territoriales: Calatrava creció entre Toledo y Sierra Nevada, alcántara dominó más siete mil kilómetros cuadrados principalmente en Extremadura, y las encomiendas de Santiago equivalían al resto juntas; las más emblemáticas fueron Calatrava la Nueva en Ciudad Real y el monasterio de Uclés en la provincia de Cuenca.
En el siglo XV las órdenes iniciaron un proceso de reforma. Se redujeron el número de caballeros en las encomiendas , y cuando se requerían de sus servicios militares se contrataban a tropas mercenarias. Pero aún así continuaron muy vinculadas a los vaivienes de la política interior castellana, en la guerra civil entre Isabel la Católica y Juana la Beltraneja.
Los monjes guerreros estuvieron al lado de Isabel I. Fueron los primeros en entrar en Granada y en colocar sus estandartes en la Alhambra, pero con el final de la Reconquista perdieron su razón de ser.
En 1523 Carlos V se apropió de los títulos de maestre de Santiago, Alcántara y Calatrava. A partir de ahí, el título de miembro de una de estas órdenes pasó a ser una designación honorifica.
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